Trabajar bonito para el nuevo claro de luna

Una película sobre la economía solidaria y la sustentabilidad


 Alma original tranquila y viva de la ciudad de Trancoso. Israel Jesus Filho es animado de por  el
deseo de conformar su actividad las necesidades de su comunidad y los ritmos de la naturalezade

 

 


Intención

 

La economía solidaria esta a menudo limitada a los discursos académicos, representaciones políticas y a una nebulosa de informaciones en que domina el pensamiento único  en economia : otras tantas concepciones que sólo llevan a edificar muros, y que reducen la economía solidaria, basada en la reciprocidad, a una economía de los pobres para los pobres.

Esta representación es una manera de desacreditar no sólo  el principio de solidaridad sino el del cuidado a la tierra : dos principios originalmente abarcados en las prácticas de los Indios, estos « primeros » sudamericanos. Este desprestigio perjudica, a diversos grados y en varias formas, los Indios, los Negros, las mujeres y los Nordestinos, todos victimos de una conducta despreciativa y altiva, que les trata como inferiores o niños. Ahora bien, estas poblaciones son las que se manifiestan en las creaciones, a menudo iniciadas por mujeres, de la economía solidaria en America del Sur.

A la vez modestas y poderosas, las innovaciones locales sostenibles de los actores de la economía solidaria en varios sectores (acción formativa, agricultura, comercio, creación artistica, desecho, finanzas, fabricación artesanal, turismo) permiten mejorar la vida de la comunidad y responder a necesidades locales tratando de cuidar a la naturaleza, la salud, la cultura y los valores humanos. Contribuyen a la necesaria (re)territorialización del concepto global de sostenabilidad y aumentan la influencia del local en las soluciones económicas internationales.

Otra economía, otro estilo de vida, otro imaginario y otro lenguaje, la economía solidaria libera de los muros imposibles del  « cada uno para sí » o del « todos por uno ». Lleva ciudadanías local y mundial, renueva los poderes de encuentro, encanto y circulación de conocimientos, bienes y personas, integra el imaginario femenino, ofrece un futuro para la creación, el labor y la fiesta, y empalma cotidianeidades locales y sustenabilidad del mundo. Es esta economía en la que es posible « trabajar bonito para el nuevo claro de luna », sentido de la palabra « desarrollo » en quechua.